EL TURISMO ES UN DESASTRE QUE NO SIRVE A CASI NADIE

Un año más cerramos agosto a ritmo de récord. España, favorecida, entre otras cosas, por la inestabilidad en la cuenca mediterránea de los países no europeos, ha recibido más turistas que nunca. Las estadísticas nos ofrecen datos muy optimistas: el gasto medio diario del turista es de casi 140 euros y el total de su estancia supera los 1.000 euros.

Pero, ¿a dónde va a parar toda esta “riqueza”? A manos de cuatro, de los de siempre, de los que antes llamábamos latifundistas. Los propietarios de las instalaciones a orillas del mar, construidas, muchas de ellas, en el caos de los 60, subcontratan la gestión a grandes operadores que llenan las instalaciones con cualquier tipo de personaje superando, a menudo, los límites de capacidad (Mallorca, en una reciente inspección hotelera se ha comprobado que 7 de cada 10 hoteles estaban en sobre explotación).

El turismo no beneficia, ni mucho menos, la ocupación. Ni la cualificada ni la no cualificada. Y, si no os lo creéis, miremos los datos:

Baleares y Canarias ocupan el lugar segundo y tercero de recepción de turistas, superando los 12 millones en 2016 cada una. La tasa de paro en Baleares es del 11,5% y la de Canarias del 24,3% (según la EPA).

En el vagón de cola del turismo están las Comunidades de Castilla y León, que recibe justo por encima del millón de visitantes, y Aragón que supera por poco los 600 mil… Las tasas de paro de Castilla y León son del 14,45% y de Aragón del 11,3%.

Parece, pues, que no existe demasiada correlación entre turismo y ocupación por más que nos digan que esto es fantástico.

A nivel cualitativo, el turismo tiene inconvenientes importantes y me gustaría centrarme en dos de estos:

Inconveniente para los residentes: Hay gente por todas partes: restaurantes, bares, playas, calles… están a rebosar de gente con chanclas y calcetines, con camisetas sin mangas (en el mejor de los casos) y unos cuántos de estos empitorrados de sangria, birrapaqui o mojitomutante. Por no hablar de los precios que más que se duplican.

Inconveniente para los trabajadores: ante la escasez de personal para atender esta marabunta, la traemos de donde haga falta al precio más barato posible y esto provoca que tengamos una legión de camareros, tenderos, personal de limpieza… con cero motivación, con cero habilidad para desarrollar su tarea y con cero posibilidades de que cojan el ascensor social.

Una de las pocas posibilidades que veo para salir de este agujero es la economía colaborativa regulada. Hay que permitir a la gente que tiene un apartamento, un coche o un pequeño local pueda, de forma fácil, ingresar algún dinero de estos turistas, alquilando el espacio o prestando servicios.

Evidentemente la caverna se echará encima de los airbnb de turno diciendo que el alquiler de apartamentos turísticos molesta a los vecinos. ¡Como si no tocaran las narices los borrachos de los hoteles! Un incívico lo es vaya donde vaya y en cualquier lugar donde se aloje.

Si no permites a la gente que se espabile sola para ganar dinero y lo llenas todo de pesada normativa que sólo pueden cumplir las grandes corporaciones estás no sólo perpetuando la diferencia social sino aumentándola.

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Una respuesta a «EL TURISMO ES UN DESASTRE QUE NO SIRVE A CASI NADIE»

Hola Jordi,
Estic d’acord en molts dels teus comentaris i xifres d’aquest article, tot i així si ampliem la lupa un tant més aprop al sector serveis ens podem adonar de que tot i la massificació dels serveis , la oferta i la demanda, comença ha haver una selecció dels establiments que destaquen i els que no. Més enllà de si són propietat o no de terratinents, els serveis s’han de dirigir i fer funcionar amb persones. Per a que això subsisteixi cal entrenar i dirigir equips amb coneixement dels recursos i perfils humans al igual que coneixements tècnics. Així doncs , segons la descripció que en fas , hi ha molt de camí per correr, doncs aquesta industria estarà en mans dels qui millor s’ho treballin i no dels que més tinguin. Actualment també es veuen molts establiments tancats per falta de empreneduria i quan això passa a darrer hi ha un propietari que está perdent la oportunitat de llogar el seu local i també hi perd. També cal dir que no tot passa per l’economia col.laborativa doncs el sector turístic ha mancat sembre de certificació académica. Actualment per obrir una farmacia cal estar licenciat en farmacia , i si vols visar un planell cal estar col.legiat com arquitecte. Per obrir un hotel, un restaurant , un bar o un pub , demanen cap professional titulat? oi que no , donc es normal que al final tinguem turistes de manigues a la samarreta i demés. Quina llàstima… Així doncs el turisme està deixat enmig d’una jungla on cal valorar tots els figurants avans de participar-hi.

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