Diálogos

—¿Te parece que estamos haciendo bien esto de la formación? —pregunta el discípulo a su maestro.

—¿A qué te refieres?

—Pues que si toda la formación que organizamos y promocionamos es útil —aclara.

—Hombre… Pues toda, toda, no… Pero supongo que gran parte sí —dice el maestro—. ¿Qué es lo que te preocupa?

—Me preocupa que estemos instigando a la gente a aprender cosas que después difícilmente podrán aplicar.

—¡Pero el saber por el saber también es importante! —exclama el maestro.

—¡¡Claro que es importante!! ¡Pero no llena los platos! —matiza el discípulo—. Y en algunos casos los vacía… —dice con cierta ironía.

—¿Qué quieres decir con eso?

—Quiero decir que a veces hay que hacer un grandísimo esfuerzo económico, y claro, eso luego hay que recuperarlo —dice el discípulo.

—Cierto, cierto… —afirma—. ¿Has mirado a ver qué están pidiendo las empresas?

—Justo ahora he acabado de echarle un vistazo. He analizado 227.412 ofertas de empleo.

—¿227.412? ¿Y por qué esa cifra? —pregunta el maestro.

—Porque es divisible entre dos y entre tres —afirma con rotundidad.

—Tienes cada cosa… Muy bien, ¿y qué dicen estas ofertas? —pregunta el estratega.

—Pues que necesitan gente que sepa hacer cosas prácticas, es decir, que produzca.

—¿Que produzca? —interroga—. ¿Quieres decir menos dirigir y más hacer?

—Más o menos. Quiero decir que antes se necesitaban tejedores, y ahora se necesitan informáticos. Son los oficios del siglo XXI.

—¿Informáticos? ¡¡Pero si ya los hay!! —dice el maestro.

—Pero no están especializados. Hay muchos autodidactas que tienen profundas lagunas en sus conocimientos —aclara.

—¿Y quieres decir que un lugar donde formaran al personal con una base informática y luego le aplicasen un buen barniz de especialización funcionaría? —inquiere el maestro.

—Sin duda. ¡¡Las empresas demandan estos perfiles, y nosotros haciendo posgrados de dirección!! —dice el discípulo.

—¡No me seas negativo! ¡Si no, Marc y Sònia te estirarán de las orejas! Intenta ser constructivo—le riñe el estratega al discípulo.

—Tenéis razón, maestro —se disculpa—. Lo que quiero decir es que tendríamos que apostar por una escuela de formación de Artes y Oficios, pero de las artes y los oficios actuales: realidad aumentada, apps, 3D…

—¿Y por qué no lo hacemos? —pregunta el maestro.

—Eso es lo que le intento decir desde que hemos empezado.

—De verdad… Tantos estudios, y das unas vueltas para decir una cosa tan sencilla… —se exclama el maestro.

—¿Entonces lo tiro para adelante? —pregunta impaciente el discípulo.

—Tira, tira, que será útil… Eso sí, ponle un nombre que enlace tradición y modernidad…

—¿Qué le parece Infinitum School? Un poco de latín y un poco de inglés —pregunta el discípulo.

—Que así sea…

Artículos relacionados

Diálogos

—¿Te parece que estamos haciendo bien esto de la formación? —pregunta el discípulo a su maestro. —¿A qué te refieres? —Pues que si toda la formación

LEER MÁS

Los comentarios están cerrados.